viernes, 10 de mayo de 2013

La inmortalidad del mango verde


LA INMORTALIDAD DEL MANGO VERDE

No soy de este lugar, que hago colgando de esta rama -decíase un mango verde- ¿De dónde vengo y adónde voy? –Se preguntaba- mientras veía caer de la planta a los mangos maduros.
-En ese caso me mantendré siempre verde para no caer.
Pero conforme pasaba el tiempo maduraba más; entonces se resignó a caer o a que alguien lo corte por maduro y se lo coma. La planta al ver sus dudas le avisó que todo cambia, que nada es eterno, que todo está en movimiento. Otra planta le preguntó si siempre han sido plantas o es que como dicen alguna vez fueron semillas, y la primera planta dudó como el mango verde. Entonces se les apareció el ángel de las frutas y les dijo que todos eran uno solo, los minerales, los vegetales, animales y hasta el mismo hombre, entonces aumentaron las dudas, hasta de los minerales que escuchaban con atención.
Yo creo que somos los únicos en el universo –decía el mango verde- como nosotros no hay en ninguna parte, eso está claro. Pero también debemos de saber que por ejemplo en algún lugar del universo, Dios tomó  un poco de nitrógeno y le dio vida, luego de un pedazo del hombre de nitrógeno, le hizo una compañera. El hombre de nitrógeno y su compañera, no pueden venir a la tierra porque hay mucho oxigeno e hidrógeno. Eso quiere decir que el molde o el cofre que contiene al alma, puede ser de cualquier material al que le dé vida Dios, porque el alma es como el agua que se adapta a la forma de cualquier recipiente. Eso también quiere decir en consecuencia que, la vida como la conocemos, solamente existe en nuestro planeta. Que hay vida en otros lugares del universo, pero con otros materiales, solo que el alma es la misma.
Ya, -dijo el mango verde- o sea que todos nosotros, los animales, vegetales y minerales somos hechos por Dios, solo para que contengamos al alma para su perfeccionamiento, y que cuando esto se realice , todo el universo ya no servirá para nada, porque el alma es inmortal. ¿Entonces, qué pasará con nosotros que solamente somos los que contenemos al alma? ¿Se acabará el universo, porque ya no tendría objeto? Entonces regresaríamos al todo que es Dios. Por tanto, nosotros somos más evolucionados que el alma. Y se dejó caer ya maduro de la planta, y se alegró de no ser alma y ser eterno en el todo. El edifico de la cárcel, no ha cometido ningún delito, no ha pecado, por lo tanto es inocente, solo es el local donde está el preso; el culpable de haber pecado y la que está recluida ahí, es el alma, la cual está cumpliendo su condena o su perfeccionamiento. Entonces la planta sintiéndose libre de toda culpa, lanzó el primer mango ya maduro, hacia su destino.

Es solo un cuento
Q:.H:. Pedro Moreno sarmiento R:.L:.S:. “Trabajo y Honradez” Nº17