Le he
prohibido a mis sueños soñar contigo, porque cuando sueño contigo, no quiero
despertar. Y yo no puedo vivir en sueños. Podría tener la pesadilla de perderte
en la realidad.
Pedro Moreno
martes, 30 de junio de 2020
lunes, 29 de junio de 2020
Tubalcaín
TUBALCAIN
Pedro Moreno Sarmiento
En esta época,
la gestación del ser humano dura tres (3) meses y el recién nacido nace con una
fuerza y conocimiento avanzado. Las mujeres y los recién nacidos tienen una
fuerza poderosa – le contaba el hombre del martillo y la forja prendida –
Cuando nace en el día, la madre le dice:
tráeme dos piedras para cortarte el cordón umbilical. Una vez nació uno
de noche y la mamá le dice: “prende la luz y trae dos piedras para cortarte el
cordón umbilical”, y se le aparece al recién nacido un demonio y se pone a
pelear con él hasta que canta el gallo y le dice que le diga a su mamá que su
tiempo a terminado sino lo hubiera muerto, el recién nacido le contesta: “dile
a la mamá de tu mamá que mi mamá todavía no me ha cortado el cordón umbilical,
sino ya estarías muerto”. El promedio de vida es cercano a los mil años. Eso
hace que haya demasiada gente. Lo bueno es que hay mucho conocimiento acumulado
que no debería perderse.
Bueno, ¿qué
haces aquí, quimera débil? -pregunta poniéndose el martillo a la altura del
pecho- Yo te estoy contestando cosas sin que me hayas preguntado. Si pues, no
soy ninguna quimera. Tampoco sé, adonde estoy y qué hago aquí -respondí
asustado-
Me llamo Tubalcaín
hijo de Lamec y Zillah, trabajo en metales, soy fundidor. Un día cayó del cielo
una piedra, estaba al rojo vivo. Agarré un martillo, saqué un pedacito y pude
hacer la punta de una flecha. Se la obsequié a mi padre Lamec. A él le gusta la
cacería, come carne a pesar que está prohibido. Tiene dos mujeres, también está
prohibido. Es un gran cazador, inventó el arco y las flechas. Como ya está
envejeciendo, ha perdido la visión, pero aun así anda cazando ayudado por un
joven que le dice a qué altura disparar la flecha. Un día siente mover a lo
lejos un arbusto, el ayudante lo hace disparar y la flecha da en el centro de
la frente y mata a su antepasado Caín. Cuando se entera, también mata al joven
con una piedra. Matar a Caín no se podía porque dios lo prohibía. Aquel que lo
hiciere, pagaría siete veces el haberlo hecho. Mi padre se burlaba de dios
diciendo que quien lo mate a él, lo pagaría setenta veces siete. Caín no fue enterrado, y de la podredumbre de su cadáver nacieron los perros.
Esto no me está
gustando -sigue comentando- la gente se burla de dios, los vigilantes hacen
experimentos, cruzando seres humanos con animales. Producen monstruos. Algo están
tramando, los noto preocupados. Algunos ya subieron a sus carros luminosos y
han salido al cielo.
Tengo un cuñado
llamado Noé, que está construyendo un submarino de madera. A pedido de mi
hermana que se casó con él, le estoy ayudando con los clavos y cosas de fierro
que también lleva esa cosa. Él dice que va a llover. Nunca ha llovido. La
humedad de la tierra está dada porque debajo hay bastante agua, creando una
humedad suficiente para este clima tropical. La verdad no sé de dónde vendrá la
lluvia que dice.
Pero porsiacaso
y sea verdad, estoy dejando todos los conocimientos de los trabajos en metales
en unas columnas, que espero algún día las encuentren y avancen en su
conocimiento. Por qué si no, será un gran atraso volver a empezar.
Bueno, mira
-comenté- te voy a ayudar. Si, va a suceder el diluvio. Si el agua viene de
arriba o debajo, no lo sé. solo quiero darte un concejo: súbete al arca de tu
cuñado.
Desperté
preocupado. ¿Subiría?
Pedro Moreno
Sarmiento
miércoles, 3 de junio de 2020
EL HELADO
EL HELADO
Estoy haciendo la fila para comprar un helado con sabor a tus
ideas. Con el cono del color de tu piel y tus trencillas frescas de chocolate
coronando la golosina fría, que calienta mis instintos en mis heladas y oscuras
noches de invierno.
Pedro Moreno
EL HOMBRE
EL HOMBRE
El hombre es un ser, que va a una velocidad constante, dentro
de un vehículo sin ventanas, en la espesura de la selva de su vida, chocando y
chocando con todo lo que encuentra sin mirar. Buscando el pequeño riachuelo de fe,
que le dé la esperanza para llegar a ese gran rio, que lo llevará al gran mar
de la felicidad.
Pedro Moreno Sarmiento
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