RR:.y QQ:.HH:. Alguna
vez fui a Chepen a examinar unos caballos. Fui con mi ayudante en ómnibus,
viajamos toda la noche. En la mañana cumplimos con nuestro trabajo y a las 2 de la tarde y como no conocíamos a
nadie, solo nos sentamos en la Plaza de Armas de Chepen, haciendo tiempo para
tomar el ómnibus de regreso que partía a las 7 de la noche.
Oiga –dice
mi ayudante- acá no nos conoce nadie. No tenemos amigos, ni nada.
Ahora vas a
ver que estás equivocado –le dije- .Demuéstreme que estoy equivocado –dijo-
Entonces pregunté donde estaba el local de los Masones y preguntando y
preguntando, llegamos a la puerta del Templo y tocamos y tocamos y nada. La
señora de la tienda de la esquina nos dijo que abrían el local en la noche,
pero que el V:.M:. vivía cerca y fuimos a buscarlo. Tocamos su puerta, nos
identificamos y era el R:.H:. Pedro Noriega. Nos recibió como si nos hubiéramos
conocido toda la vida. Fuimos a su Templo, dejamos a mi amigo en el recibidor y
me dictó una clase de masonería, que hasta ahora le agradezco. Casi perdemos el
ómnibus por eso y mi ayudante quiere ser masón. Lo vi solo una vez, pero le
guardo un gran afecto.
Todo esto
para manifestar que estoy de acuerdo totalmente con su comentario. Yo creo que
la masonería solo tiene 3 grados. Si no es así que el G:.M:. diga que siga y seguiré,
si en los grados filosóficos ya encontraron la palabra perdida, entonces ya es
“la palabra encontrada”. Recuerdo haber leído en alguna parte, que hubo una
época en Francia, que las Veneraturas eran de por vida, entonces los que no
iban a llegar a la silla, inventaron los demás grados, para compensar.
Que me
gustaría ingresar a los grados filosóficos, claro que sí. Todo lo que sea
conocimientos, bienvenidos.
Saludos R:.H:.
Pedro Noriega.
V:.A:.H:.
Q:.H:. Pedro
Moreno Sarmiento R:.L:.S:. “Trabajo y Honradez” Nº 17.
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