Nadie, ni ella misma sabía, por qué razón curiosa y misteriosa, una fruta de la
cosecha pasada, quedó prendida de la rama, como dormida, media seca, pero
pensante. Toda su promoción ya fue cosechada. La planta botó las hojas como sacándose
la ropa para descansar luego d una fuerte producción de frutos. Se olvidaron de
cosecharla – pensaba-. Arrugada e inutilizada para ser digerida, pedía a gritos
caer del árbol. Pero no caía. Era la “momia de la fruta”.
Pedro Moreno
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