LA CUARTA
COLUMNA
Un masón cruzó
la pista,
Muy agitado
llegaba tarde,
La tenida ya ha
comenzado
Los ángeles subían y bajaban
El portal ya
estaba abierto.
Vaciló en entrar
o no,
Un ángel le
abrió la puerta.
Los pasos y el
saludo.
Podéis ocupar
vuestra columna.
Y siguieron los
eternos trabajos
En el oriente
eterno.
Reina la
eternidad en la cuarta columna
Venerable
maestro.
Y el alma del
masón ocupó su lugar.
Q:.H:. Pedro
Moreno Sarmiento R:.L:.S:. “Trabajo y Honradez” Nº17
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