domingo, 13 de marzo de 2016

Anemia de ideas


Era tan temprano, que aun el Sol seguía durmiendo, la luna en su recorrido estaba fuerte de luz. El manto del silencioso sueño de la ciudad ocultaba el ronquido de las ideas. Los postes que no alumbraban a nadie, se abrazaban unos a otros con los alambres cargados de energía.

Tambaleando como un trompo que se le acaba la cuerda, el vampiro de ideas vuelve a su casa. Sólo, en la calle desierta. No ha sido una buena noche. En esta ciudad los habitantes… son anémicos de ideas.
Pedro Vampiro.

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