domingo, 30 de octubre de 2016

La música y yo

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Charly: ahora debo reconocer mi ignorancia musical, pero nunca es tarde. Eso que se llama el Bolero de Ravel , yo no sabía que así se llamaba. Cuando he visualizado tu envio, empiezo a recordar que en mi colegio de primaria :”San Miguel” N 599 (infantiles del San Luis Gonzaga) en los recreos, mientras jugábamos mini fulbito pateando chapitas de gaseosas, tocaban “esa música” que ahora recién me entero que se llama el “bolero de Ravel” (de verdad no sabía su nombre, increíble).También tocaban “El Ballón de Madrid” y otra que creo era “Santa Barbara” de Celina y Reutilio. Cuando terminaba la música, terminaba el recreo.
Los masones debemos estudiar el arte de la música, pero cómo, yo no toco ningún instrumento, ni canto como Orlando. Creo que debemos saber por lo menos saber apreciar (degustar) los sabores auditivos de la música (música de las esferas).
A pesar que vengo de familia musical. Mi abuelo tocaba el trombón, mi papá el contrabajo (ese de Oscar de León). En la chacra de Ica (Collazos) tenía una tia (prima de mi papá) que andaba sin zapatos, recogía leña para su cocina, tiraba lampa en su chacra , pero ya como a las 6 de la tarde, se ponía su vestido blanco de tul, prendía su lamparín de querosene, se sentaba en su piano y tocaba leyendo música que yo no entendía. (era música clásica)
Francisco Pérez Janampa era mi profesor de música en el Colegio San Luis Gonzaga.El es el autor de “A la Huacachima” canción himno de Ica. Pasando lista el primer día de clases, Ah! Moreno ,por familia, abuelo y papá a la salida va a aprender un instrumento lo espero. Igual pasó con mi hermano menor. Ya estaba solfeando en el piano del colegio y me hermano quería violín. Como todavía estaba chico de estatura, al sacar el violín del estante alto, se le cayó el instrumento y don Panchito le metió un cocacho. Lo agarré a mi hermano de la mano y nos fuimos de la música para siempre. Hasta ahora cuando hablamos de música con unos tragos, nos acordamos de eso con mi hermano menor.
 Luego conocí al “Diablo Torres” autor de las canciones de los Chamas con pajarito Bronley (¿así se escribe?) y una que le compuso para Maritsa Rodríguez: “…y en la noche linda y bella, contemplando las estrellas, me parece ver tu imagen..” Y le pregunté para qué mujer la compuso y nada, dice que se la hizo para su papá, cuando lo acompañaba esperando el ómnibus cuando se iba al norte. En la agencia le dice por que no le hace una canción y entonces mirando en el viaje por la ventana del ómnibus durante el viaje, la compone y fue un Hitazo. Si no me equivoco también compuso “La copa rota” para Feliciano. Era un trome. Claro que tomábamos cerveza por cilindros (mi época de borrachín cantinero).
Creo que nuestro sobrino Toño Santibáñez debería deleitar a sus tios algún día y de ser posible una pequeña gran canción himno de la 17.
Hemos escuchado cantar a Stagnaro y a Carol con bastante alegría. A mí me hubiera gustado saber cantar, pero como no tengo la vos para hacerlo (las aves de plumaje más bonito son las que peores cantan) (ni plumaje ni canto).
Debo reconocer que admiro la forma de cantar de Orlando. Más que admiración creo que es envidia, sana por supuesto. Me hubiera gustado poder cantar como él.
Gracias por enterarme que la canción de mis recreos primariosos se llama “el bolero de Ravel “y hacerme recordar al “Ballón de Madrid”. Se me acabó el recreo y tengo que ir a Chambear.
Gracias musicales
                     “Me monté un BUITO mueito,
                       Me monté un buito mueito
                       Y no se dejó montai
                       Y no se dejó montai”  ( Bis)
Me despido con una parte del landó del buito mueito, que ni muerto se deja montar, para que lo cante nuestro sobrino Toño Santibañez  .

Pedro Moreno

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