sábado, 4 de julio de 2020

Inmortalidad o conocimiento

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                             INMORTALIDAD O CONOCIMIENTO
Pedro Moreno
Antonio: ¿Qué prefieres, inmortalidad o conocimiento? -pregunta Neftalí-. Bueno, mira Neftalí, me estas poniendo en el paraíso. De todos los árboles puedes comer el fruto, menos del árbol del conocimiento del bien y el mal -empieza respondiendo Antonio y continúa- Mira -le dice- Dios crea a los ángeles por montón de montones, inmortales, pero todos eran machos. No creó angelitas. No podían reproducirse. Qué será eso. Se rebelan y caen. Ahí se dan cuenta que pueden tomar a las hijas (léase bien, no dice hijos) del hombre y reproducirse, pero le salen quimeras (monstruos). Ellos (los ángeles) son inmortales sin reproducción, el número es el mismo, pero no se reproducen. Entonces la inmortalidad debe estar ligada a la infertilidad. Los ángeles son mensajeros inmortales. Cumplen funciones específicas. ¿Por qué los ángeles no comen del árbol del bien y del mal, pudiéndolo hacer? ¿Será que ellos tienen su propio paraíso? ¿Con sus propias limitaciones? ¿Diferente al ser humano? O es que simplemente no quieren morir. Ellos en todo caso prefieren la inmortalidad.
En cambio, el conocimiento del bien y el mal, implica muerte, porque al diferenciar entre el bien y el mal, hace al humano como Dios, pero mortal. Si además come del árbol de la vida se vuelve como Dios. Vuelve a ser la imagen de Dios.
El ser humano fue creado por dios para vivir en el Paraíso. En ese paraíso había dos arboles contrarios, el de la muerte y el de vida eterna. Solo le prohibieron comer de el conocimiento. Suponemos que del de la vida podía comer lo que quisiera. Ese era su hábitat natural. Come con engaños de lo prohibido y es expulsado a un mundo que no es el de él, pero manteniendo el conocimiento que lo hará buscar la inmortalidad. Ojalá la encuentre. Mientras tanto hay que morir.
O sea que no es que prefieras conocimientos de bien y mal, simplemente porque no tienes alternativa -comenta Neptalí- Es cierto -responde Antonio- hay que tener resignación, lo único que nos queda es tratar de tener lo que ya tuvimos y perdimos al salir del Paraíso. Sin regresar a él, porque si se hizo para el hombre y este ya no está; ya no tiene razón de existir. La eternidad ya debe estar en otro sitio.
Gilgamesh logró llegar a conseguir un árbol que lo rejuvenecía (algo es algo) pero mientras se bañaba en un rio, la serpiente se lo robó. Entonces la serpiente sabe donde está. Siempre la serpiente.
Mira Antonio -dice Neptalí- ya están listos los pallares con lonja. Busquemos la sombra de un guarango para almorzar. Dejemos la inmortalidad tranquila.
Pedro Moreno

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