sábado, 3 de agosto de 2013

El Lindero 19 Existencia de Dios como GADU

    
EL LINDERO 19º.-LA CREENCIA EN LA EXISTENCIA DE DIOS COMO GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO .-
Yo no sé si dios existe pero si existe sé que no le va a molestar mi duda (benedeti).
Nadie conoce a Dios en su esencia sino el mismo.
 La creencia de la existencia de Dios como el Gran Arquitecto del Universo, es una de las más importantes señales (landmarks) de la Orden. Ha sido siempre admitido que la negativa de la existencia del Poder Supremo como Autoridad Preeminente es una descalificación absoluta para la iniciación. Las mismas ceremonias de iniciación al primer grado prohíben y desde luego impiden la posibilidad de tal incidente.
Tanto la Masonería (por el hecho de ser una reproducción simbólica de la constitución del universo), como el universo mismo con todo lo que contiene, gira en torno de un principio creador, causa primera,  realidad central, centro ordenador, centro individual, unidad suprema, mente universal, mente maestra, o inteligencia superior.
Hermes trismegisto decía:¿ Y por qué habría de considerarse extraño que Dios hiciese tanto lo que es inmortal como lo que es mutable, cuando tú mismo haces tantas cosas diferentes? Ves, hablas y oyes, hueles, y sientes al tacto, caminas, piensas; suspiras. No es uno el que ve, y otro el que habla; no es uno el que siente por el tacto, otro que huele, otro el que camina, otro el que piensa, y otro el que respira; sino aquel que hace  todas estas cosas es uno solo.
Si hay algo que Dios no hace, entonces Dios mismo es incompleto, una cosa que nadie puede atreverse a decir, pero no está ocioso en nada, entonces es perfecto, Dios, por tanto hace todas las cosas.
Solo hay un Dios porque cuando hay muchos hacedores, no puede mantenerse un orden, habrá rivalidad entre los muchos; el más débil odiará al más fuerte, y estarán en pugna.       Dios tiene una forma, y solo una, pero es una forma que ningún ojo puede ver; pues es incorpórea.   Hay términos que deben ser tomados en un sentido peculiar de las cosas de las que se habla; todas las cosas están en Dios; pero las cosas no están situadas en Dios como en un lugar. Un lugar es un cuerpo, y todos los cuerpos están sujetos al movimiento; pero aquello que es incorpóreo es carente de movimiento, y las cosas en ello situadas no tienen movimiento, pues es en un sentido diferente como están situadas las cosas en lo que es incorpóreo. Y lo incorpóreo no puede ser rodeado por nada; pero puede él mismo rodear todas las cosas; es la más veloz de las cosas y la más poderosa.
        Si no te haces igual a Dios, no puedes comprender a Dios; pues lo semejante es conocido por lo semejante.     Tu pensamiento no puede captar nada bello y bueno si te aferras al cuerpo y eres malo.
 ¿Y dices que Dios es invisible? No hables de ese modo ¿Quién es más manifiesto que Dios. Con esta intención ha hecho él todas las cosas, de manera que a través de todas las cosas puedes verlo a él. Esta es la bondad de Dios que se manifiesta a través de todas las cosas. Nada es invisible, ni siquiera una cosa incorpórea; la mente se ve en su pensamiento, y a Dios en su operar.
La Masonería, debido a su constitución y su propósito, debe estar basada, primeramente, en el hecho o la realidad de la existencia de un G:. A:. D:. U:.  La creencia que se tenga de esa realidad es secundaria y personal de cada uno
Kant, proclamaría que la mente humana está demasiado acondicionada por el organismo, en el que reside, para com­prender el infinito. Ningún jarrón, por analogía,  puede  contener  al  mar. Echamos el mar dentro del jarrón pero lo que contiene es una pequeñísima porción del entero. Ningún estudio de los contenidos del jarrón podría revelar las verdaderas proporciones y vastedad del mar.

Ninguna mentalidad humana puede, posiblemente, comprender la naturaleza infinita del Cósmico o Dios dentro de sus propias limitaciones. Dios, entonces, (lo Divino en cuanto concierne a su realidad absoluta) debe permanecer como lo desconocido. Puede ser experimentado en parte, pero es inescrutable en su totalidad.
Al ser tanto espíritu como materia, el hombre es un intermediario entre estos dos grandes principios. Es más grande que los seres que son meramente mortales, y está por encima de aquellos que son puramente inmortales. Participa del Poder creativo de Dios e incluso, con la mente, crea dioses a su propia imagen.
Los seres humanos son los únicos que poseen el Potencial de conocer a Dios, y el mayor deseo de Dios es que realicemos dicho Potencial en efecto en la calle y alguien nos dice que nadie lo ha hecho, que se ha hecho por casualidad, no le creeríamos y dudaríamos de que estuviera en su sano juicio. Pues bien la maravilla del ojo humano más perfecto que la mejor cámara fotográfica, o del oído, o de la circulación de la sangre, o del fantástico ordenador que es el cerebro humano, la sinfonía de los miles de animales algunos tan grandes como el elefante, o tan pequeños como los virus y microbios, unos que vuelan, otros que nadan y otros que caminan por la tierra, la armonía de los astros, el sol, la luna, los planetas, las estrellas que están tan lejos de nosotros que en un millón de años viajando a la velocidad de la luz  no las alcanzaríamos, todo ese fantástico cosmos con el hombre incluido que es capaz de pensar y amar, no puede haberse hecho por casualidad: necesariamente tiene un Hacedor de una inteligencia tal que nuestros hombres más sabios son nada.
                                      La Fe iniciática, nutrida por la razón y la intuición,  nos enseña que “nada tiene su origen en la nada” es decir que tiene que haber una Causa Primera, un Creador de todo lo existente, y ese Creador es Dios, el Gran Arquitecto del Universo.
          El reconocimiento de un Principio Creador es indispensable, como punto de partida, porque sin esa base, ni la Masonería ni nada en el Universo tendría sentido. Es una explicación de todo lo visible. Ello no significa que la Masonería sea una religión, ni que exista un Dios masónico. El Dios del masón es el propio Dios de la religión o de la creencia por el mismo profesada.
          Esta condición de admisión cierra las puertas de la Orden al ateo, puesto que sería una total incongruencia de que se trabaje a la Gloria  de aquel (el GADU) cuya existencia se niega. Al respecto Mackey dice, textualmente, lo siguiente: “La creencia en Dios como Gran Arquitecto del Universo es una de las más importantes marcas (“landmarks”) de la Orden. Siempre se consideró esencial que la negación de un Supremo Poder gobernante descalificaba en absoluto al candidato para la iniciación. Los anales de la Masonería no registran caso alguno en que un declarado ateo recibiera la iniciación”.
           Muchas veces se nos ha acusado de ser una secta y para justificar esta ignominia nos acusan de "inventar" un Dios, el G.·.A.·.D.·.U.·. Sin entender que es una figura simbólica justamente tendiente a alinear pensamientos religiosos muy diversos que puedan existir y cohabitar en una Logia En definitiva no existen impedimentos ni prejuicios de la Masonería frente a los diferentes credos El Gran Arquitecto del Universo es entonces una noción deísta en donde las ciencias liberales – y “particularmente la geometría” – reunifican a la criatura con su Creador. Él es el demiurgo, el arquitecto del origen del mundo y el ordenador del mismo.
La pregunta es: si el Arquitecto ya construyo el universo, entonces ya para que lo necesito.       
 Aun partiendo de la premisa de que es imposible demostrar teóricamente la existencia de Dios, a efectos prácticos y por mero cálculo de posibilidades, tiene más sentido creer en Dios que no creer. Si crees, y Dios existe, serás recompensado eternamente tras la muerte; si crees, y Dios no existe, no has perdido nada. En cambio, si no crees en Dios, y existe, serás castigado eternamente; por último, si no crees en Dios, y en efecto no existe, no has ganado nada”( Blas Pascal 1623-1662).
Si yo soy superior a una cucaracha…..¿Cómo le explico mi superioridad? ¿Me entendería?. El hombre en su insignificancia ¿Puede conocer a Dios en su grandeza?.

 Q:.H:. Pedro Moreno Sarmiento R:.L:.S:. “Trabajo y Honradez” N 17

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