lunes, 11 de junio de 2012

Mechesedec


Damián era el curandero de mi barrio (contra el mal de ojo y otras lesiones) pero entre otras ocupaciones para sobrevivir, era pintor, lampero, constructor, etc. (lo que caiga) Cuando yo tenía aproximadamente 10 años, a mi hermano menor lo “ojearon”. Mal de ojo que le llamaban y se sentía mal, por eso me mandaron  buscar a Damián para que le quite el mal de ojo. Para empezar me dijo que ya no se llamaba Damián. Ahora se llamaba Mechezedec. Con un polo de mi hermano, un machete en la mano junto a un cañaveral y rezando como loco, le curó el mal de ojo a mi hermano.
Pasado el tiempo y ya terminando la secundaria, conversando con él, le pregunté por qué se hacía llamar Mechezedec y por qué no tenía una tarifa fija por los rezos que realizaba. Ya que tanto te gusta la lectura-me dijo- averigua pues .En cuanto a la tarifa, recibía lo que le daban por que era imposible que alguien le pagara el precio de su trabajo. El merecía la decima parte del sueldo. Un diezmo. Ese era el pensamiento de una persona que ni siquiera había terminado la primaria.
Siendo ya profesional, me salió un chupo  en la base del dedo pulgar de la mano izquierda que no me curaba con nada. Se volvió rebelde. Le eche la culpa a un caballo que había tenido una herida infectada al cual estuve curando sin guantes. Llegué a Ica y lo encontré podando las parras. Al ver el chupo de mi mano, me pidió que le trajera un huevo fértil es decir de gallo con gallina, un vaso de vidrio sin figuras ni rebordes totalmente liso con agua más de la mitad. Susurrando un rezo que no entendía, con el huevo en la mano izquierda y con la derecha se persignaba de vez en cuando-me pasó el huevo-, hasta que lo reventó  en el vaso y concluyó al leer que era daño. Que tenía que bañarme en una tina con una docena de pétalos de rosas rojas   una docena de rosas blancas y con unas gotas  de 7 colonias de olores diferentes. Más por curiosidad que de fe así lo hice. Le pagué 20 soles y nos tomamos una botella de pisco entre los dos. A la semana ni huella del chupo. Pero si me quedó la cicatriz de recuerdo.
Mechezedec ya mora en el Oriente Eterno y yo averiguando algo sobre lo que debemos dar para los sacos, encuentro que Abraham le dio el diezmo a Melquisedec.

Interesante….. Mechezedec se equivocó y debió llamarse Melquisedec.


 “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre” (Hebreos 7:1-3).

Melquisedec, es un Rey, sacerdote, profeta y líder, que según el Antiguo Testamento vivió después del diluvio y durante el Tiempo de Abraham. Melquisedec, rey de Salem, sacando pan y vino, como era sacerdote del Dios Altísimo, bendijo a Abraham, diciendo:
Bendito Abraham del Dios Altísimo, el dueño de cielos y tierra. Y bendito el Dios Altísimo, que ha puesto a tus enemigos en tus manos. Y le dio Abraham el diezmo de todo. En el relato este sacerdote-rey hace una breve aparición siendo sacerdote de Dios, y rey de Jerusalén, lugar donde en el futuro Dios tomará morada. Como sacerdote, antes de la institución del sacerdocio levítico, es quién recibe el diezmo debido a Dios. Melquisedec es reconocido por Abraham sin ser descendiente de Aarón.
Como sacerdote-rey, es una prefiguración del mismo Jesús Y con la presentación del pan y el vino, marca lo que después será el sacerdocio instituido por Cristo y que substituirá al sacerdocio levítico.
Melquisedec es el sacerdote receptor del primer diezmo registrado en la Biblia, dado por Abraham y el primer sacerdote Rey.
Pablo indica claramente que era imposible alcanzar la perfección mediante el sacerdocio Levítico, por lo que era necesaria la intervención de un sacerdote “a la manera de Melquisedec”.
Pablo resaltó una característica notable de Melquisedec cuando dijo que “estaba sin padre, sin madre, sin genealogía, sin tener principio de días ni fin de vida”, pero que había sido hecho semejante al Hijo de Dios y permanecía sacerdote perpetuamente. (Heb. 7:3.) Melquisedec nació y murió como todos los humanos. No obstante, no se mencionan los nombres de su padre ni de su madre, no se hace referencia a sus antepasados ni a sus descendientes y las escrituras tampoco registran información sobre el principio o el fin de su vida. Por lo tanto, Melquisedec fue una prefiguración adecuada de Jesucristo, cuyo sacerdocio no tiene fin. Así como Melquisedec no tuvo ningún predecesor ni hay constancia de que tuviera sucesores para su sacerdocio, de manera similar Jesús tampoco tuvo ningún sumo sacerdote que lo precediera, y la Biblia muestra que nadie le sucederá jamás.Es posible que Melquisedec haya sido una Cristofanía o Teofanía: la aparición del Dios Eterno en la persona de Cristo en carne humana, allá en los tiempos del Antiguo Testamento.
El mensaje que nos debe dar, es el que Dios se haya molestado a venir a la tierra para comunicarnos su mensaje es de importancia incalculable.

Para algunos Melquisedec no era el Hijo de Dios, de ninguna manera o forma. Él era el Mismo Dios que moró en un cuerpo de carne en el cual vino a visitar a Abraham. De ahí la importancia del ministerio de Melquisedec.
Jesús fue llamado Príncipe de la Paz, y un príncipe es el hijo de un rey. Así que este hombre era Rey de Paz, entonces El tendría que ser el Padre del Príncipe de paz.
El no era el Hijo de Dios; El era el Dios del hijo. No era el hijo de Dios (Melquisedec no lo era) pero El era el Padre del hijo de Dios. Si Melquisedec fuera Jesucristo, entonces estaríamos hablando de la reencarnación y el cristianismo no cree en la reencarnación.
Sea que Melquisedec es el mismo Dios, o Sem el hijo de Noé, o Jesús, el asunto es controversial, misterioso y espectacular. Ya que es algo misterioso que Dios se pasee por la tierra materializándose.
La verdad que este tema es apasionante y merece ser estudiado más a fondo.
Tratando de averiguar sobre el diezmo, limosnas, sacos de caridad y sobre todo el motivo por el cual el recorrido de los sacos en nuestros templos está anémico, me encontré con Melquisedec, motivo de este trazado. HH:. Hagamos un esfuerzo; los que más tienen deberían aportar más a los sacos. Sin metales no podemos hacer beneficencia. Que va a decir Abraham.
El Mechezedec que yo conocí ya mora en el Oriente eterno y a manera de un homenaje a su memoria, me atreví a burilar este trazado.

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