domingo, 15 de septiembre de 2013

El Palto


EL PALTO
Los animales nacen de noche para que sus ojos no se deslumbren con la luz del sol; pero yo creo que también las plantas. De mañana, de improviso y muy temprano apareció en el huerto de la casa familiar un palto. Nadie se dio cuenta, no se supo si una estrella anunció su nacimiento, si unos reyes magos de las plantas le adoraron o si le llevaron finos abonos para su desarrollo. Lo que sí es seguro que el mango -mangifera indica- ese es su verdadero nombre, el limón –citrus uarantifolia- así se llama, la papaya –carica papaya-, el plátano –musa paradisiaca- y la uva –vitis vinífera- Todos ellos y acompañados por gran variedad de otros arbustos, usaron sus nombres científicos esa noche para recibir al pequeño recién nacido palto. El oído humano no escuchó que el huerto esa noche fue algo especial para las plantas. Que un grillo y su banda tocaban con fervor y mucho ritmo la canción de cuna. El palto había nacido.
         ¿Quién  ha sembrado ese palto ahí?; está en mal sitio, va a levantar con sus raíces el cemento del patio posterior. Ahorita me matan ese palto. Ya voy. Pero me olvidé y me fui a jugar pelota con mis amigos del barrio, tenía 10 años y hay partidos sagrados que jugar.
         Al metro de altura lo regaba con la manguera y me pareció que con el movimiento de sus ramas al caerle el agua jugaba conmigo y sentí su risa infantil. Sus hojas verdes verdes por el agua eran dos veces verdes, el palto chico jugaba conmigo. Lo golpeaba el agua y se movía como cayéndose y regresaba a su posición original y quería seguir jugando como un niño con su pelota de agua y lluvia.
        Y el palto crecía y crecía. ¿Cuándo vas a matar el palto?. No me imaginaba el palto convertido en leña para cocinar. Cuando sus raíces molesten el cemento. Lo que pasa es que eres un flojo y no lo quieres matar. Contrataron entonces a Hermenegildo para que lo mate y se lleve la maleza, que no quede huella ni la planta de la planta. Como vas a matar Hermenegildo una planta indefensa, que no le hace mal a nadie, una planta que me escucha, que conversa conmigo, que crece conmigo, que me cuida en las noches de brujas y espantos. Le di su botella de pisco y Hermenegildo se fue contento a explicarle a sus amigos que el palto que iba a matar le a convidado un pisco de los buenos; y brindaron por el palto.
       Creció tan alto el palto que era más grande que el más grande de los mangos y del pacay y de todas las plantas. En su crecer había estado jaraneándose en el quinceañero de mi hermana, en todos los santos familiares que en el patio se realizaron y había participado en todas las tertulias familiares, escuchando perfectamente los deseos y sueños de la familia como si fueran los suyos. Quién sabe si se entristeció con las naturales y dolidas muertes de la abuelita y otras tristezas tristes que en honor de una planta alegre no quiero mencionar.
      Siempre que tomábamos fotos en reuniones familiares, siempre una debajo del palto. Ahí estoy yo con mis amigos del barrio en una feroz tranca con pisco y estas hojas verdes verdes que ves, son de mi palto que me decía sin escucharlo: ya está bien, ándate a descansar y con sus ramas como que me empujaba y en sus hombros de ramas verdes me iba a dormir.
          Cumplió 10 años de vida, gran palto no daba frutos, de adorno se quedará. Es un palto macho  decían los entendidos. Le faltará una planta hembra , opinaban los sexólogos. Yo creo que no ha encontrado su media palta, decía yo disculpándolo. Yo y mis hermanos  ya no estábamos en la casa familiar pero siempre preguntábamos a nuestros padres después del saludo correspondiente ¿y cómo está el palto? .Las fotos, los recuerdos familiares giraban alrededor de la planta de palta. Era como preguntar por el perro de la familia, el palto era la mascota vegetal.
          Derrepente, una misteriosa encomienda se reparte entre nosotros, una caja de leche amarrada con soguilla y adentro unas grandes y hermosas paltas envueltas en papel periódico con noticias pasadas. Gol, el palto metió un gol.

        Mi esposa  creyó  que estaba loco, un palto que mete gol. No se preocupen es cuestión de conocedores entre yo y mi mascota ecológica.

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