LA CANTERA
El frio del invierno y el polvo que salía del piquete del cincel al golpear
la piedra, lo aleja de sus pensamientos y en la fría mañana le pregunta a su
compañero:
-Antonio: ¿Siempre es así de duro el trabajo?
Ensimismado en su tarea y casi como un autómata Neftalí le contesta:
-Para aprender el Arte Real hay que empezar deletreando con los golpes en
la piedra.
Y el frio y el sonido de los golpes acompañados de los trozos de piedra
inservibles, arrullaban la mala mañana de Antonio y Neftalí en las polvorientas
canteras.
-Tú eres recién iniciado Antonio, ya aprenderás. Es cosa de seguir las
instrucciones del Maestro y seguir.
Siempre Neftalí pensando en positivo. Ya había visto en el último año un
buen número de Aprendices que desertaron por falta de fe en lo que estaban
haciendo. Hoy era el primer día de labores de Antonio en la cantera y ya estaba
reclamando.
De repente una potente vos los invita a dejar los trabajos para ir al
refrigerio y entonces Antonio sabe que es el Maestro. Ese constructor que vino
de otro País, que domina el Arte de la construcción y de transformar los
metales en bellos ornamentos.
Juntos y presurosos se sentaron para saciar su sed y hambre luego del
trabajo realizado. El bullicio de los demás haciendo lo mismo, se interrumpe
cuando aparece el Maestro Hiram Abi en el comedor y avanza al lugar donde están
Neftalí y Antonio.
-Hola, como les va en la cantera?
-Bien –responde Neftalí-
-Es agotador y como soy nuevo, todavía no domino bien las herramientas y
varias veces me he golpeado con el mazo. La verdad Maestro que no me acostumbro
a esta labor- dijo Antonio- como pidiéndose permiso él mismo y tratar de ser
sincero consigo mismo.
-Es muy cierto, el trabajo en la cantera es agotador. Al aire libre y sin
saber lo que estamos construyendo.
-Esa es la verdad Maestro y yo creo que si no estoy a gusto, se me
permitirá regresar a pastorear mis ovejas, como lo han hecho mis antepasados.
-habló Antonio-
El Maestro con aire paternal y sin ninguna presión ni mala manera empieza
un diálogo con el nuevo A:. Llamado Antonio.
-Te voy a explicar Antonio. Como sabrás yo no soy de este lugar. También me
hubiera gustado estar en mi taller en Tiro realizando lo que me gusta: la
fundición de los metales. El Dios de Salomón no es mi Dios. Yo no sé del manejo
de ovejas. No sé que enfermedades padecen, como se saca la lana y como se
sacrifica un animal para el consumo o para ofrendar a vuestro Dios.
-Neftalí y Antonio escuchaban con atención-
-A mi me enseñó el arte de los metales y de la construcción, mi padre y yo
no tengo hijos, me he dedicado enteramente a mi profesión, quien sabe
demasiado. Pero también quiero ser sincero con vosotros. Sé distinguir los
buenos trabajadores, por sus condiciones físicas, sus actitudes y su sinceridad
así como sé distinguir una piedra buena de una mala. Una que sirve en la
construcción y otra que no. Y en mi opinión tengo en ustedes un par de buenas
piedras que vosotros mismos se encargarán de pulir. Por eso me he acercado a
vosotros. Tengo la habilidad de poder escoger bien a mis colaboradores. Tu
Neftalí ya tienes el tiempo suficiente y has demostrado contracción a tu labor,
cariño y celo en tu función, por lo tanto en verdad os digo que pronto serás
compañero y a vos Antonio, os pido paciencia y que sigas aprendiendo de
Neftalí. Así como mi padre me enseñó a mí. Nosotros debemos enseñarnos los unos
a los otros. Sin envidias, sin rencores y con mucha fraternidad. Pero eso sí,
solo nosotros –entre nosotros- a nadie que no se haya iniciado en el arte real
se le debe enseñar lo que no puede entender ni comprender.
-Así sea Maestro- Comentaron en coro-
Solo el hecho de que el Maestro se dirija a ellos, ya era un gran honor.
-Deseo formar –continuó el Maestro- un grupo especial para vestir el templo
con joyas y adornos de metal y por lo tanto quiero contar con vosotros porque
no sabéis nada de construcción, justamente por eso, vuestra ignorancia en la
construcción es su mejor carta de presentación.
-No entendemos ¿Por qué buscar gente que no sabe?
-Porque los que creen saber no saben y si doy una orden para que hagan
algo, lo tratarán de hacer a su manera. Entonces la idea ya no es la misma.
Debemos trabajar sobre un plano ya determinado, con las medidas ya hechas. Solo
hay que hacer lo que dice el plano. Yo les voy a enseñar a utilizar vuestras
herramientas en la forma correcta y luego, simplemente seguirán las
indicaciones de los planos.
- Maestro, mi fe no está bien fundada. Tal vez por que recién empiezo. Hoy
es mi primer día de trabajo-dijo Antonio-
-Muy bien Antonio, lo mejor que le puede pasar a un trabajador es ser
sincero con él mismo, analizar sus pros y sus contras. Sus virtudes y defectos,
para pulirse y tratar de hacer un buen trabajo y lo más importante: Tener
mística para el trabajo y que a una persona le guste lo que está realizando. El
que trabaja en lo que le gusta recibe doble salario.
- Ambos –Neftalí y Antonio- como queriéndose mirar para saber si en
realidad ellos eran eso que decía el Maestro- solo atinaron a decir: Hágase
vuestra voluntad Maestro.
-Es cierto- Continuó el Maestro- La voluntad es, lo más importante, por eso
se hizo la voluntad de Dios para hacer los cielos y la tierra. Sin esa voluntad no se hubiera
hecho nada. Aunque Dios es eso: Todo y nada.
Ahora debo deciros que –continuó- nuestro arte es tan antiguo que algunos
dicen viene de los egipcios, pero yo creo que viene de más atrás en el tiempo y
que para que no sean descubiertos por el vulgo, se velaron con signos,
jeroglíficos y solo los grandes sacerdotes conocían el verdadero significado y
juraron mantenerlos ocultos y solamente comunicarlos a aquellos preparados para
tal fin. Yo quiero prepararlos a vosotros para llegado el momento comunicarles
los secretos que a mi me han sido confiados.
-Nos haremos merecedores a ello- casi en coro-
-Entonces empezaré diciéndoles que la construcción de este gran Templo lo
estamos haciendo en este lugar, porque es aquí donde Abraham iba a sacrificar a
su hijo Isaac, pero a ultimo minuto por
orden de Dios se cambió por una victima irracional. Por las oraciones y
jaculatorias del Rey Davis que pidió a Dios detener una epidemia que diezmaba a
su pueblo y por el empeño que le pone el Rey Salomón a la construcción de este
Templo.
-Neftalí y Antonio ya iban comprendiendo el por qué-
-Los estoy convocando – prosiguió el
Maestro- porque necesito, según los planos realizar lo siguiente:
-Unos bueyes en representación del dios Apis y ustedes que son pastores
saben de la anatomía de ellos.
-¡Claro! Exclamaron al unisonó.
-Necesito granadas, que representen la abundancia y fertilidad y en
representación a la tierra prometida pues Canaán significa “tierra de
granados”. Los espías trajeron granadas en su inspección. Es una fruta tan
bella como una sunamita.
-Atendían con atención y se iban dando cuenta que todo tenía un simbolismo.
-También necesitamos palmeras que representen la abundancia y fructificación
porque en Canaán abundaba la leche y la miel que era extraídas de las palmeras.
(En cantares 7:7-8 simboliza los senos femeninos.)
-Necesitamos hacer flores de lis, como algo que da vida, representa la
realeza del mundo y representa la pureza. Es la flor de la luz y de la santa
trinidad.
El Maestro detuvo sus palabras al ver que estaban desanimados aún sin haber
empezado, no sabían por donde empezar a decirle que para ellos era casi
imposible.
No os preocupéis –les dijo- vosotros me ayudareis pero por esa razón deben
prepararse. Yo los voy a preparar.
-Y continuó- Necesitamos hacer cadenas de oro para cerrar el santuario.
Maderas de ciprés y olivo, el olivo es sinónimo de paz. Abundante madera de
acacia.
-Forjaremos querubines, leones. Águilas que representan al poder por su
vuelo majestuoso. Usaremos diversos colores muy preciados en nuestro tiempo, el
color azul lo importaremos de la India, el carmesí lo sacaremos de la
cochinilla, el purpura del caracol molido del mediterráneo.
Al ver que era mucho para ellos, les explicó que a eso iban a apuntar y
nuevamente les prometió prepararlo para esa misión. Solo deseo que asimilen los
conocimientos que les voy a enseñar.-En eso llaman el descanso al trabajo y se
despiden hasta mañana-
-¿Tu crees Neftalí que estemos capacitados, para lo que dice el maestro?
-Antonio, el maestro sabe lo que hace.
Y siguieron caminando luego de haber realizado su lote de trabajo del día.
Al día siguiente durante el refrigerio nuevamente se reunieron con el Maestro.
La forma de la construcción es de un paralelepípedo de E. a O. en longitud
y de N. a S. en latitud y en profundidad desde el firmamento hasta el centro de
la tierra. Esto para demostrar la universalidad de la ciencia – empezó
explicando- es importante porque así demostramos que como constructores debemos
ser caritativos, hasta que la prudencia nos lo permita. Sería imprudente dar lo
que no se debe dar. No es construir por construir.-continuó con las enseñanzas-
En toda construcción siempre se debe dar cabida al sol que gobierna el día
y a la luna que gobierna la noche. En toda construcción- dijo- se debe tener en
cuenta la iluminación. Que el templo no esté a oscuras en el día, pero que su
luz no dañe a los ojos alumbrando directamente pero sin deslumbrar. Que en la
noche de luna su luz tenue se sienta como una caricia en el interior de la
construcción.- Y seguía la clase- Y seguía la atención de Antonio y Neftalí-
Ahora quiero que presten atención en lo referente al piso del templo. Este
debe ser bicolor para resaltar los opuestos. Todo lo que existe en el universo
tiene su opuesto. El bien y el mal, el frio y el calor, etc. Pero hay una
guardilla dentada que limita a este piso como significando que a pesar de su
inmensidad, los contraste en el universo y el mismo universo en sí tienen sus
límites. Entonces podemos afirmar que por ejemplo si decimos que el amor no
tiene límites, estamos equivocados porque el límite del amor es el odio o sea
lo contrario. Mediten sobre esto y mañana seguiremos las clases. Y se
despidieron.
-¿Qué piensas Antonio?
-Interesante, muy interesante.
-¿Ahora todavía te quieres salir de la construcción?
-No, ya no –respondió- Ahora quiero saber más.
- Construir, no solo es agarrar los materiales y juntarlos, sino que tienen
un simbolismo. Una construcción sin simbolismo es solo una construcción
cualquiera.
-Tienes razón. El Maestro sabe lo que hace. –Y caminaron a su descanso-
-Si, debemos ser pacientes, nadie aprende de la noche a la mañana. Debemos
estar debidamente preparados.
Muy de mañana al inicio de sus trabajos, se sentía entre ellos el deseo de
trabajar mejor, con la alegría de los que saben que su trabajo será de
utilidad. Que no están trabajando en vano.
-Mira –dice Neftalí- esta vara de 24 pulgadas.
-¿Para que sirve? –pregunta Antonio.
-Sirve para medir el trabajo hecho-
¿Sólo para eso?
-No. Representa las 24 horas del día. Una parte para dar gracias a Dios,
otra para el trabajo y el descanso y otra para ayudar a los Hermanos
constructores y a las demás personas. La caridad con todos.
-Ya. O sea que si trabajo demasiado o duermo demasiado no estoy empleando
bien mi vara.
-Claro. Esa es la idea.
-Ahora fíjate en el mazo.
-¿Para que sirve?
- Para aplastar todo nudo o protuberancia.
-¿Solo para eso?
- No, como dice nuestro Maestro hay que buscarle la parte intima, el
tuétano del hueso. Es para evitar todo pensamiento malo y que nuestros
pensamientos de eleven inmaculados hacia Dios.
-Está bien, comentó Antonio, lo que pasa es que anteayer nomas e ingresado,
pero yo quiero aprender el Arte Real- lo dijo con convicción.
Eso le gustó a Neftalí y siguió enseñándole.
-Mira esto es un cincel, lo usamos para suavizar las superficies de las
piedras, para que pasen a alguien que las sepa utilizar con su experiencia.
-Ya.
-Pero en sí representan nuestra instrucción. Las enseñanzas que recibimos
de nuestros maestros.
-Interesante, muy interesante- comentó Antonio. Sigue enseñándome más.
-Bueno mira. Esas son nuestras herramientas que como aprendices debemos
saber emplear para labrar nuestra piedra bruta de la cantera. Cada constructor
nace con su piedra tosca bajo el brazo a la cual debe pulir para poder estar en
la gran construcción que el GADU está construyendo.
Era ya el mediodía y el sol estaba en su meridiano, cuando se reúnen con su
maestro quien se acerca sin su sombra y les pide que lo acompañen antes de
regresar a sus labores como aprendices.
--Yo también fui en algún momento un aprendiz como vosotros – les dice- Veo
que uno de vosotros es más antiguo y el otro recién empieza. Eso es normal. El
que ya sabe algo, debe enseñar al que no sabe y no apabullarlo en su ignorancia
sino guiarlo en su desarrollo- él es un hombre sabio-
-Maestro ¿Por qué nos habéis escogido a nosotros como sus aprendices
favoritos? –preguntaron-
-Porque veo en vosotros a 2 hombres libres y de buenas costumbres,
debidamente recomendados por sus deseos de aprender y porque creo de debo ir
preparando a mis sucesores.- Se sabía que el Maestro era el único conocedor de
los secretos de los masones, entre los cuales se hallaba la palabra secreta
masónica, es decir el nombre oculto de Dios. La tradición ocultista nos dice
que saber el nombre de una deidad equivale a poseer su poder. De ahí que se
supusiera que el Maestro manejaba el poder de Dios y poseyera muchos otros
secretos, que, unas ves finalizada la construcción del Templo, pasarían a los
otros artesanos, que se convertirían a su vez en maestros masones.
-Les estoy demostrando que durante el refrigerio (que es la continuación de
los trabajos) también podemos aprender masonería –les dijo en tono paternal-
Entonces ahora hablaremos del punto: Hay un punto dentro de un círculo desde el
cual ningún constructor puede errar. Esto es claro porque si tomamos como
referencia el centro de la tierra, en cualquier dirección será la misma
distancia, es decir limita por igual con el infinito en los 4 puntos
cardinales. Por tanto ese punto está en el centro de todo el universo. Y es ahí
donde se unen el cielo con la tierra por una escalera cuyo primer peldaño es la
fe. Sin fe nadie puede subir al cielo. El fin del constructor es buscar la
verdad, aunque sea aparentemente una utopía. Yo les pido Hermanos Aprendices
que aprendan lo exotérico y lo esotérico de la masonería y busquen siempre su
verdad. Yo les voy a guiar.
Y los aprendices del templo de Jerusalén les juraron a su Maestro Hiram Abi
, llegar aunque sea arrastrándose hacia la luz de su verdad.
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