martes, 8 de mayo de 2012

La prisión


 LA PRISION
El alma es lo verdadero, el cuerpo su prisión. El alma inmortal ya existía antes de la creación. Está presa en el cuerpo y seguirá existiendo, cuando el cuerpo muera será libre. Entonces algo malo debe haber cometido para estar detenida y presa de un cuerpo. La unión del alma y el cuerpo es antinatural. El alma no tiene conflictos, el cuerpo es malo y corruptible. Cuando el alma considera algo conjuntamente  con el cuerpo, éste la engaña contaminada con placeres y dolores. El alma solo se realizará separada del cuerpo.
Así hablaba Neftalí con su amigo y H:. Francisco delante de una botella de cachina dulce. Por sombrilla un guarango, el sol que quemaba la arena y una tarde que se iniciaba calurosa pero tranquila. Las vacaciones cerca de la laguna verde era un relajante natural para una buena conversación.
No sé qué delito cometería el alma para estar presa –Comenta Francisco- Pero si eso fuera cierto, para encarcelar el alma, la prisión debe estar de acuerdo con el preso, si el preso es inmortal como el alma, entonces hay que hacerle un universo de cárcel, para que no escape y ponerle como traje de rayas un cuerpo humano.
Basándonos en esa premisa –Comenta Neftalí- debe haber condenas más grandes que otras, por eso hay seres humanos que mueren jóvenes. Su condena es menor. Por eso antiguamente la gente vivía como mil años; o sea eran más culpables.
Nuestro genoma es 99% igual al de un chimpancé; y dentro de ese 1%, en alguna parte, está la esencia que nos hace humanos y a cada uno diferente. Manipulando el genoma algunos dicen que podemos vivir hasta 500 años. ¿Queremos seguir más tiempo presos?
No pues –replica Francisco- el tiempo de vida es como cuando se le da cuerda a un muñeco (teoría de la cuerda genética) se acaba la cuerda y se acaba la vida. Se cumple la condena y el alma se libera.
Nadie es hecho de oro puro, todos estamos condenados al dolor y encadenados a la muerte.
Ya –dice Francisco- Entonces el alma vivía en el Paraíso, como dice Joyce: “Antes de la caída, Adán copulaba sin gozar”. Y mira que tiene razón, pues no hay datos que hubiera algún nacimiento en el paraíso. La primera pareja del alma llamada Adán era Lilit. Ella se negó a entrar a la prisión, o la declararon inocente o es no habida. Ya después en la prisión se juntó con Eva y se reprodujeron y sintieron el placer sexual. Adán cumplió su condena y murió; se vive y se muere una sola vez, nadie puede ser juzgado 2 veces por el mismo delito.
Pero si es así –opina Neftalí- entonces habría que suicidarse para salir de la cárcel, aunque también, podría interpretarse como una fuga y eso sería peor. Entonces entra a la cárcel el abogado para tratar de sacarte. Uno de ellos es Jesucristo. Un dios que se pasea por la tierra disfrazado de hombre es un hecho algo inquietante. Como abogado se da cuenta de lo que es estar preso y las condiciones paupérrimas y entonces estamos ante una hierofania  que es una paradoja; al manifestar lo sagrado, un objeto cualquiera se convierte en otra cosa sin dejar de ser lo mismo. El propio Jesucristo pidió a Judas que lo traicionara y Judas cumplió la orden como supremo acto de obediencia. Para los gnósticos esto representaba un acto sagrado, ya que ayudaba a liberar del cuerpo el Espíritu santo de Jesucristo. Es tal la desilusión de Jesús, que ya no soporta un día más y le pide a Judas que acelere lo que tiene que hacer. La sensación de pisar un mundo muerto por un hombre vivo que quiere morir le embarga. Pero no podía llegar de sorpresa al cielo y al tercer día resucita. Se adelantó 3 días. ¿Regresará el abogado?.
Las leyes no escritas o Landmarks o linderos o señales, deben cumplirse aunque sea Jesucristo.
Algo de eso –opina Francisco tomándose un trago- decía Platón que el hombre ideal es una inteligencia pura desligada de la carnalidad. Por eso el filósofo no ha de temer la muerte.
 Escucha este fragmento de “Vivo sin vivir en mí” de Santa Teresa de Jesús:
Esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Solo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

Es claro que esta monjita había llegado a concluir lo que estamos conversando. Ahora más, escucha lo que dice el Salmo 142:7 “Saca mi alma de la prisión, para que yo dé gracias a tu nombre”. O también en Romanos 7:24 “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Deberíamos hablar  de los  de los Cataros, también llamados los “Hombres buenos”, en el siglo XII quienes creían también sobre el alma prisionera del cuerpo. Uno de sus principios era el control de la natalidad. Tener sexo sin procrear, para no traer más presos a la cárcel. Y eso que eran cristianos. Perseguidos por los “Frailes negros” (Benedictinos) por orden del Vaticano y por intereses monetarios y políticos. Fueron barridos del mapa.
 Bueno – comenta Neftalí- en una cárcel hay de todo, criminales, rateros, violadores, etc. Pero también hay inocentes, injustamente encarcelados. Esos somos los masones. Seres libres, aún encarcelados. De muy buenas costumbres desde antes y después del cautiverio. Los masones no caemos en fantasías sobre la vida después de la muerte. Eso es un misterio; pero si sabemos que vida y muerte están unidas y que son inseparables. Sabemos también que la muerte como final ha sido ya escrita, pero no el transcurso de la vida. El hombre está atado al suelo del mundo como cualquier oruga antes de su metamorfosis. Por tanto la masonería con Libertad, igualdad y fraternidad, busca el bienestar general en este mundo; mientras cumplimos nuestra condena. Justa o injusta.
Hablando de Justa, Q:.H:. Francisco, pongámonos de pie, y con mucho cariño, hagamos un brindis por el 41 aniversario de la R:.L:.S:. “Unión Justa 7 “N 104 del Valle de Ferreñafe. Su V:.M:. El R:.H:. Armando Morales Quiroz. A los RR:.HH:. Temis Balarezo, Daniel Cumpa, al Q:.H:. Cumpa (Junior) y a todos los obreros de tan querido Taller.
¡Salud!        
 Q:.H:. Pedro Moreno Sarmiento R:.L:.S:.”Trabajo y Honradez” Nº 17
P.D. Es un cuento de aniversario

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