martes, 8 de mayo de 2012

LA ROSA SUICIDA

Hazme un ladito
En el miocardio de tu pequeño corazón
Un sitiecito en la pleura de tu pulmón
Déjame recorrer tus ideas cuando duermes
Tus ligamentos amarrados a tus huesos
Navegar por tu sangre dulce
Bañándome de placer en tus intimidades
Ser tu primera palabra al despertar
Escuchando mi nombre salir de tu garganta
Como un sonido de placer que se pierde en el silencio
Solo yo y la rosa que se suicida
Clavándose sus propias espinas
Por un exceso de amor.

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