SIRENA VIEJA
La gente subía y bajaba del microbús
Como los ángeles de la escala.
Tengo fe de llegar a mi destino.
Es solo un ensueño de un cansado pasajero
Que en su paradero tirará un ancla
Bajará para llegar a su casa y descansará.
De repente escucha una voz a su espalda
Un sonido antiguamente conocido
Amado, recordado, inolvidable y dulce
De una joven que amó con desesperación.
A pasado tanto tiempo, ya no quiere amar.
Mueren todos los sonidos, vive solo la voz.
Canto de sirena que lo ahoga en sus recuerdos
Ya debe estar arrugada y vieja su cara redonda
Sus arterias engrasadas, sus nalgas deformadas
Pero el sonido de su voz es el mismo que lo arrullaba
En las tardes domingueras cerca de la laguna verde
Ya no quiere amar, ya no quiere y se baja sin voltear
Si mira hacia atrás se puede convertir en sal.
El micro se aleja llevándose el encanto de la sirena
Que mantiene su joven voz en cuerpo de sirena vieja.
Pedro Moreno al día siguiente de la bomba de Hiroshima
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